Cómo me gustan los atardeceres. Ese momento en el que, en pocos minutos, el cielo va cambiado su color como si fuera un camaleón, mientras el sol nos va diciendo adiós escondiéndose de nosotros, de forma sigilosa y hasta el día siguiente. A ti también? Bien, a todos, creo.
¿Y los amaneceres? Quizá te pase como a mi, que consideres que hay que madrugar mucho (a veces demasiado) para poderlos fotografiar y disfrutar… Quizá por ello hoy te mostraré solo atardeceres de mi colección, y dejaré los amaneceres para otro día.
Sea como sea, ambos tienen un encanto que tan sólo dura escasos minutos. A los que nos gusta esto de la fotografía, como a ti y a mi, esos minutos probablemente se nos hagan más cortos que a nadie…
1. Mira el reloj y planifica tu llegada al lugar
Empecemos con un paso previo para fotografiar atardeceres. Como te decía en la introducción, esto va de minutos. Así que esta vez tendremos poco para improvisar. De lo contrario, te puedes dar cuenta de que cuano ya estés allí y hayas encontrado tu encuadre preferido, o los ajustes ideales en tu cámara, el sol ya se te haya ido… Qué lástima! (Spoiler: Nos ha pasado a muchos).
Consulta en internet (Google, sin ir más lejos) cuál es la hora de amanecer y atardecer del lugar en el que estés. Ten en cuenta también el punto desde donde vas a hacer tus fotos: No es lo mismo estar en una ciudad a poca altura y con obstáculos de por medio, que estar en medio del mar o en la cima de una alta montaña de los Pirineos.
2. Recuerda la regla de los tercios
Pues sí, seguramente la tengas ya interiorizada, pero no está de más recordar la regla de los tercios (clica para leer mi artículo si aún no lo has leído). Estamos ante una situación de fotografía de paisaje y, justamente debemos jugar con el sol escondiéndose por la línea del horizonte, ya sea éste una montaña, el mar, o un skyline urbano.
Si tenemos presente y utilizamos la regla de los tercios, podremos conseguir una imagen final más armoniosa y equilibrada.
3. Utiliza el modo manual…
Esta vez, sí que no hay otra. O por lo menos, será el modo que menos quebraderos de cabeza te dará en esta situación.
Si ya estás acostumbrado/a a usar el modo manual de tu cámara, perfecto! Puedes saltar al siguiente punto. Y si no es así, gira el dial de modos de tu cámara sin miedo hasta que quede marcada esa letra «M». Entenderás por qué.
4. …Y subexpone
Y he aquí el fin último de usar el modo manual.
Cuando hacemos este tipo de fotografía, lo más normal es que las primeras que hagamos, dejando a nuestra cámara que decida los parámetros de exposición, terminen con un sol y un cielo a su alrededor completamente quemados. Probablemente, el resto de la imagen tenga una exposición adecuada, pero el principal protagonista y su entorno habrán arruinado la foto, pues tendremos una buena mancha blanca en esa zona que no podremos recuperar editando después.
Es por ello que deberemos subexponer nuestra toma. Y cómo lo haremos en este caso? Tenemos, por lo menos, dos maneras de hacerlo.
Mi recomendación es la siguiente: Utiliza el modo de medición puntual. Dónde situaremos el punto de enfoque y medición? Una opción bastante efectiva es que lo sitúes en una de las zonas más claras del cielo, pero sin que llegue a ser el sol directo.
Tienes una segunda opción, si estás más habituado/a a utilizar el modo de medición matricial o el central. Lo normal es que la cámara te indique con su fotómetro que la imagen está demasiado oscura y que hay que subir los parámetros para obtener más luz. Ignora lo que tu cámara te intenta decir. Si además, tienes la ISO automática, deberás indicarle a la cámara que que tiene que subexponer la imagen mediante la compensación de exposición. Sitúala en -1 pasos y comprueba el resultado. Puede que debas subir o bajar ligeramente tomando esta referencia, pero sin duda será un buen punto de partida para tu foto.
Sin duda nuestros ojos son la mejor herramienta para saber si una fotografía la estamos haciendo bien. Sin embargo, nuestra cámara nos puede ser también de mucha ayuda.
Consulta el histograma de lo que vas haciendo. Te puede ayudar a entender por qué no estás obteniendo el resultado que quieres. En nuestro resultado final ideal, veremos que el histograma nos muestra mucha más información en los tonos oscuros, que en los tonos claros (el sol y su entorno más cercano). En general, veremos el histograma de una imagen muy contrastada. Eso es precisamente lo que nos interesa!
Otra forma de comprobar que estamos haciendo las cosas bien una vez hecha alguna foto es consultar también la visualización de «Altas luces» de tu cámara. Te ayudará a ver si hay una gran porción de tu foto que ha quedado quemada. Si ves que el sol entero y alrededor de él está completamente quemado (y así te lo indica la cámara mediante un parpadeo en esas zonas), significará que debes subexponer uno o dos pasos más. Si lo único que se te ha quemado son pequeños puntos, es completamente normal y no debes preocuparte por esos pequeños fragmentos. Por el contrario, si has obtenido una imagen con cero zonas quemadas, sospecha porque a lo mejor te pasaste un poco subexponiendo y has obtenido una imagen excesivamente oscura…
5. Anímate a jugar con el balance de blancos
Para muchos, es un gran desconocido o, sencillamente, suele estar siempre en Automático (lo cual no es malo, ni mucho menos).
En esta ocasión, te invito a que juegues con él. A que hagas la misma toma en automático, y después cambiando a nublado, por ejemplo. Lo que verás es que ganamos un mayor tono rojizo en la toma final que si lo dejamos en automático, pues en ese caso la cámara nos intentará «enfriar» esa toma con tonos más azulados. El rojo es nuestro gran amigo hoy. Sin embargo, si experimentamos un poco más, podemos obtener resultados muy curiosos y de fantasía…
Otra opción que tienes es la de disparar en formato RAW y dejar la decisión del balance de blancos para la etapa de edición posterior. A mi, personalmente, me gusta jugar más con la cámara y gastar el mínimo tiempo en la edición. Tú decides.
6. Aprovéchate de las siluetas
Esto incluye personas que puedan haber cerca. O también árboles, montañas o edificios.
Resulta muy interesante incluir un elemento humano a este tipo de fotos. Una persona observando fascinada la puesta de sol, alguien paseando por la orilla de la playa entre el sol y nosotros, provocando delante nuestro un improvisado eclipse… Hay miles de posibilidades.
También puedes aprovechar para fotografiar algún monumento de una ciudad a contraluz y darle un nuevo aire que no habías observado durante el resto del día. Si consigues subexponer correctamente el disparo, obtendrás unas estéticas siluetas negras a contraluz que harán de tu foto algo especial.
7. No te frustres
Todos sabemos lo que es la sensación de irse a casa después de haber hecho docenas y docenas de fotos, y tener la sospecha de que ninguna de esas sea «La foto» con mayúsculas. No te preocupes. Estamos fotografiando motivos vivos, que cambian a cada segundo. Puedes tener delante de tus ojos una imagen que consideres ideal y que, segundos después y sin previo aviso, la escena cambie debido al movimiento de una nube que nos tape el sol, o a un cambio inesperado en la intensidad del color del cielo.
No te precipites a la hora de borrar fotos en ese momento de frustración y de sensación de que la sesión ha sido prácticamente inútil, si te ocurriera.
Un truco bonus para fotografiar atardeceres: Utiliza HDR
Y, si no lo conocías, HDR son las siglas de High Dynamic Range. Es una técnica muy útil en situaciones de enorme contraste como lo es un atardecer o amanecer, con posibles contraluces debidos al sol de frente. Con ella, aplicándola con gusto, podemos obtener resultados espectaculares. Pero del detalle te hablaré más adelante en un artículo dedicado exclusivamente a ello.
Conocías estos consejos? Los habías aplicado antes? Tienes algun truco que utilices para fotografiar atardeceres y te dé buenos resultados?