Puede que hayas oído o leído alguna vez sobre ella. Probablemente sólo te suene, pero no sepas por qué existe. O puede que estés leyendo esto sin ninguna de las referencias anteriores. Hoy te explico en este artículo qué es y cuándo utilizaremos una de las principales reglas de oro de la composición en fotografía: la regla de los tercios.
Veamos esta fotografía tomada desde uno de los lugares más emblemáticos y turísticos de Barcelona, el mirador del MNAC, en Montjuic:
Es una foto sencilla, de pocos elementos, en la que básicamente podrías identificar un sujeto principal de interés, la escultura obra de Frederic Marès, y tras ella, el horizonte de Barcelona a lo lejos. A la hora de disparar, se decidió centrar ese sujeto principal (la escultura), quedando aproximadamente centrada también la línea del horizonte de Barcelona.
¿Qué te sugiere esta composición? ¿Te gusta?
¿Crees que se podría mejorar?
Veámoslo…
¿En qué consiste la regla de los tercios?
La regla de los tercios es una simplificación de la proporción áurea, utilizada durante siglos en el arte. En el terreno que a nosotros nos interesa, consiste en dividir nuestro encuadre, es decir, lo que estamos viendo a través del visor y que acabará siendo nuestra foto, en tres partes en horizontal y tres partes en vertical. Y en situar los sujetos en los puntos de las intersecciones de esas líneas, así como colocar las líneas de interés de nuestra foto como si tuviésemos una cuadrícula de 3×3 en nuestra foto, así:
Tal como te adelantaba en el anterior párrafo, los puntos rojos que se sitúan en las intersecciones señalizan donde será más recomendable situar nuestros puntos de interés de la foto, que es donde se dirigirá, de forma natural, la mirada del observador
Las actuales cámaras digitales y también las cámaras de móvil tienen la opción de mostrar en la pantalla o visor esta misma cuadrícula, o, incluso, la muestran ya por defecto sin que tengamos que pedírselo. Eso nos ayudará a colocar los elementos en la imagen que tomaremos, sin tener que hacer el esfuerzo mental, por lo menos hasta que hayamos ganado práctica y para nosotros sea un acto mecánico e intuitivo.
¿Cuándo y cómo usar la regla de los tercios?
Esta regla de composición es aplicable a prácticamente cualquier tipo de fotografía. Sin embargo, cobra especial importancia en la fotografía de paisaje y en los retratos.
En la primera, su importancia está presente no sólo a la hora de situar los objetos de interés, sino también a la hora de decidir dónde colocamos el horizonte. Un error común que hemos cometido todos al principio es intentar situar siempre el horizonte en el centro, o hacerlo de forma inconsciente. Siguiendo esta regla, éste debería aproximarse a la línea del tercio superior, si queremos dar más protagonismo a lo que tenemos en la tierra, o hacia el tercio inferior, si queremos darle un mayor protagonismo al cielo (por ejemplo, en una puesta de sol con unos llamativos colores o en una foto a un día nublado o de tormenta).
En el caso de los retratos, resulta crucial a la hora de situar los ojos de nuestra persona retratada, y provocando que éstos guíen al espectador por la fotografía. Es la conocida como regla de la mirada, de la que te hablaré más adelante. Aquí te dejo un ejemplo:
¿…Y en vertical?
Esta sencilla regla de composición se puede aplicar tanto a las fotos en horizontal, como en las fotos en formato vertical, exactamente de la misma manera.
Nuestra querida regla de los tercios puede aplicarse a un retrato en horizontal, y el mismo retrato en vertical. Aquí puedes ver un ejemplo. ¿Qué encuadre te gusta más?
Con la regla de los tercios ganaremos de forma sencilla en equilibrio y armonía en nuestras fotos. Ganaremos también fuerza e interés en nuestras imágenes y podremos jugar de forma más efectiva con la profundidad que queramos transmitir, además de poder llevar la mirada del espectador a donde nosotros queramos.
Una vez explicada la teoría y vistos algunos ejemplos… ¿Qué tal si ahora rehacemos la foto que te mostraba al inicio de este artículo, desde la misma posición que la anterior, con el mismo protagonista, pero aplicando de forma sencilla y rápida la regla de los tercios?
Rehaciendo nuestra foto con la regla de los tercios
Veamos qué pasa si aplicamos nuestra cuadrícula imaginaria y si adaptamos el encuadre a ella:
Nuestra foto ha ganado en armonía general. Nuestra protagonista, la escultura de Frederic Marès, ahora ocupa uno de los puntos de intersección que te he comentado antes. Su mirada parece guiarnos hacia el resto de la imagen, el paisaje urbano barcelonés. Y mientras, la línea del horizonte ahora ya no aparece completamente centrada, lo cual nos partía la foto en dos, sino que se ha bajado ligeramente para dar más protagonismo al monumento y, en este caso, al cielo de la ciudad. De esta manera, hemos conseguido no recargar la imagen y «estresar» al que la mira.
La imagen se ha vuelto más agradable al espectador y nos da la sensación de que no hay nada “fuera de lugar”. En definitiva, tenemos una imagen que invita a contemplarla durante más rato.
Ahora que ya sabes lo que es la regla de los tercios y cómo puedes aplicarla de forma sencilla, sólo te queda lo más bonito: Salir a la calle a ponerla en práctica… Y cuando ya la domines, por qué no, empezar a cuestionarte cuándo podrías saltártela. Porque como ya sabrás, la fotografía es un arte, y en el arte, las reglas están para romperlas cuando nosotros decidamos…
Pero de eso, de romper reglas, hablaremos más adelante 😉
Artículo muy interesante y súper bien explicado. A ver si a partir de ahora logro darle un poco más de armonía y dinamismo a mis fotos 🙂 ¡Gracias por compartir tus conocimientos y currártelo tanto!
Muchas gracias por tu comentario, Ana!
A ponerlo en práctica 🙂
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